La participación no es otra cosa que la toma de decisiones entre los sujetos que integran una tarea, actividad o proyecto. Es una manera de asumir los roles y de interactuar en un contexto en el que previamente -y esto es imprescindible- se han fijado objetivos, metas y resultados a conseguir.
Participar implica consenso, debate, intercambio de ideas, asunción de posturas y, en algunos casos, negociación. También es diversidad, apertura, escucha, sintonía, diálogo, inclusión, …
Por lo tanto, el liderazgo participativo se caracteriza por el fomento de la participación del grupo por parte del líder (jefe, mando o persona encargada de manejar, dirigir un equipo o grupo de personas). Éste, además, escucha y agradece, (reconoce y valora) todas las opiniones de las personas integrantes del grupo/equipo ya que uno de los objetivos que persigue con esta manera de trabajar es crear grupo, cohesión de equipo, interdependencia y por supuesto alcanzar beneficios comunes
Para una persona que ejerce de esta manera, resulta más sencillo conocer mejor a su equipo y, por consiguiente, aprenderá a delegar y a confiar en las capacidades, habilidades, conocimiento, destrezas d las personas que integran el equipo.
Por otra parte, al conocer mejor a los miembros de su equipo también sabrá guiarles mejor para lograr los objetivos establecidos en la estrategia empresarial.
En resumen, el modelo de liderazgo participativo es útil, sirve para aquellos procesos que no estén enfocados exclusivamente en los resultados. También en los casos en que se trate de tareas complejas que deban contar con más de un punto de vista.
Por este motivo una tarea principal de la persona que ejerce un liderazgo participativo en su equipo es fomentar el diálogo y la conversación; pide que el resto del equipo se manifieste, opine, comente cualquier aspecto que afecte al resultado final.
¿Qué caracteriza un estilo de liderazgo participativo?
Son varias; por ejemplo, la manera en la que enfoca, maneja el conflicto y obtiene un beneficio no solo en términos de su resolución y acuerdo sino en la gestión de los costes emocionales; es decir, sabe llegar a acuerdo (a través del consenso o de su influencia) sin erosionar la relación ni sentir que no se ha tenido en cuenta todos los puntos de vista, percepciones de la situación (origen del conflicto)
Otra característica es que siempre explica la finalidad, utilidad y causas que provocan el hecho de ir en un sentido u otro, tomar una determinada decisión, asignar una tarea, proyecto, … o bien corregir una actuación; es decir, motiva las actuaciones y decisiones.
Se reconoce, aprecia y valora el esfuerzo tanto individual como grupal. El esfuerzo es común ya que los objetivos con comunes. Hace suya la frase de “Si quieres ir rápido, ve solo, pero si quieres ir lejos, ve acompañado”
Fomenta el sentido de la responsabilidad en tanto en cuanto se entiende por rendir cuentas de tus actuaciones, aunque se trabaje en colaboración. Cada persona se siente responsable de su aportación y de que ésta permite llegar a los resultados.
Y por último proporciona autonomía, libertad de actuación ya que se asegura de ofrecer los criterios y la información necesaria para tomar con responsabilidad sus propias decisiones. Y si no sabe, muestra inseguridad Cuenta con el apoyo del resto de los miembros del equipo.
Si quieres iniciarte en el liderazgo participativo, juega conmigo y hazte las siguientes preguntas:
- ¿Cuáles son los objetivos para todo el equipo, así como para cada miembro del equipo?
- ¿Cuáles son los roles y las habilidades correspondientes que cada miembro aporta al equipo?
- ¿Cuál es el propósito del equipo; ¿es decir, el por qué detrás de tus objetivos? y ¿Cuáles son los valores centrales que compartes como equipo?
- ¿Cuáles son las reglas básicas con las que quieres estar de acuerdo? ¿Cómo te vas a comunicar? ¿Cómo tomarías tus decisiones? ¿Cómo vas a planificar, ejecutar y evaluar?
- Reúne a tu equipo y hazle estas preguntas; a a ver qué te contestan.
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