LIDERAZGO PARTICIPATIVO es una iniciativa de Anel

DIRECCIÓN DE EQUIPOS DE PROYECTO (2ª parte)

Por  Alberto Pardo

En el anterior articulo comentamos dos de los problemas más habituales, que hacen que los proyectos fracasen o dejen una importante frustración:  equipo no alineado con los objetivos del proyecto y la escasez de recursos para hacer frente a “nuevas necesidades no contempladas inicialmente.

El siguiente problema que frena el éxito, y que se da en cualquier proyecto, es el paulatino DESCENSO DEL RENDIMIENTO E IMPLICACIÓN DEL EQUIPO a lo largo de su desarrollo.

Se trata de una situación en la que el Líder de proyecto debe poner en práctica toda su sabiduría sobre la gestión de personas y sus emociones.

Para explicar que se puede hacer en esta situación voy a echar mano de un libro de “obligada” lectura para las personas que Lideran Equipos: Endurance. La Prisión Blanca (Alfred Lansing).

 

Se trata de 2 comportamientos visibles, honestos, sencillos y que sólo tienen un objetivo grabado a fuego, en la cabeza del Líder: GANAMOS TODOS O PERDEMOS TODOS.

  • PRIMER COMPORTAMIENTO DEL LÍDER

“nunca pierda de vista la última meta y concentre sus energías en objetivos a corto plazo”

En proyectos de larga duración es muy frecuente que nos encontremos con situaciones de descenso en la implicación y en la obtención de los resultados señalados para cada fase.

Esta situación “obliga” al Líder del proyecto a centrar sus energías de liderazgo en el momento actual, pero sin olvidar en ningún momento los objetivos generales del Proyecto.

El Líder debe reforzar y centrarse en el día a día, monitorizar los avances de la fase en la que el equipo se encuentra y reforzar los resultados obtenidos.

Con el fin de mitigar la frustración del equipo se deben buscar oportunidades para llevar a cabo acciones concretas y decisivas para concentrar las energías en tareas inmediatas con feddback positivo que sirva de aliento para continuar.

De esta forma, aunque en algún caso resulten infructuosas, se evita el desánimo al pasar a otra inmediatamente e ir consiguiendo pequeñas victorias.

  • SEGUNDO COMPORTAMIENTO DEL LÍDER

Inspire optimismo y autoconfianza, pero aférrese a la realidad.

La capacidad de ser optimista es la cualidad que marca la diferencia en situaciones difíciles. Permite fijar retos, que en otras ocasiones parecerían imposibles de alcanzar, y convencer a los demás de que juntos pueden lograrlos.

La forma de desarrollar un sentimiento optimista consiste en enviar mensajes positivos que se sobrepongan a las voces de desánimo.

La autoconfianza y el optimismo ante situaciones adversa pasa por tener en cuenta los siguientes aspectos:

  • Identificar la adversidad (no niegue nunca lo evidente)
  • Analizar las consecuencias de la situación y el efecto en el equipo
  • Generar la energía que permita generar en las personas sentimientos necesarios para sobreponerse a la adversidad.

Es importante no sólo cultivar el optimismo como Líder, es necesario transmitir el enfoque positivo a los miembros del Equipo.

El optimismo debe ser infundido por líderes capaces de reformular situaciones desastrosas en eventos positivos, no olvidando la realidad.

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