LIDERAZGO PARTICIPATIVO es una iniciativa de Anel

Descubriendo el Poder de las Emociones en el Liderazgo Participativo

Por Maria José Vivar

En la pintoresca localidad de Arbizu, en pleno corazón de la Sakana, un grupo de personas nos hemos reunido en una jornada de liderazgo participativo muy particular. Esta experiencia única tuvo como objetivo principal explorar la inteligencia emocional aplicada al liderazgo, revelando una perspectiva revolucionaria sobre el rol de las emociones en el mundo del liderazgo.

La conferencia, liderada por Jesus mari Elizalde, comenzó desafiando la creencia común de que los líderes son a menudo excluidos, rechazados e ignorados. En cambio, se enfoco en la idea de que, cuando uno se siente ignorado, la solución es prestar atención y desarrollar la solidez emocional.

«Las emociones son nuestra brújula interna»,  «Son información valiosa sobre nuestro modelo de mundo y no deben ser etiquetadas como buenas o malas. La clave está en cómo gestionamos estas emociones».

Se destacó la importancia de reconocer que los seres humanos no están diseñados para ver ni escuchar de manera objetiva, pero sí para sentir. Además, se advirtió sobre los peligros del enfado, que puede desencadenar una cascada de emociones destructivas, desde la rabia hasta el odio.

Uno de las ideas mas significativas de la jornada fue la discusión sobre las tres formas de describir el mundo: descriptiva, interpretativa y metafórica. Los participantes exploraron cómo las interpretaciones y las metáforas pueden influir en nuestras emociones y acciones.

La conferencia concluyó con una lección inolvidable sobre la «basura emocional», donde se animó a los asistentes a no arrojar sus emociones no gestionadas a los demás, sino a abordarlas con empatía y comprensión.

Cuento Metafórico: «El Jardín de las Emociones»

Había una vez un líder que se sentía ignorado por su equipo. En lugar de reaccionar con enfado o rechazo, decidió explorar sus emociones como si fueran un hermoso jardín. Cada emoción era una flor diferente en ese jardín: la tristeza era una rosa suave, el enfado era un cactus espinoso y la alegría era un lirio radiante.

El líder aprendió a cuidar de su jardín emocional con amor y paciencia. Regaba las flores de la tristeza cuando necesitaban consuelo, podaba los cactus del enfado para evitar lastimarse a sí mismo y cultivaba las flores de la alegría para que florecieran aún más.

Con el tiempo, el equipo del líder comenzó a notar su transformación. Ya no era excluido ni ignorado, sino que su solidez emocional y comprensión habían creado un ambiente de confianza y apertura. El jardín de emociones del líder se había convertido en un hermoso oasis que todos querían visitar.

Este cuento metafórico nos enseña que nuestras emociones son como un jardín que podemos cuidar y cultivar. Al hacerlo, podemos convertir incluso los desafíos emocionales en oportunidades de crecimiento y liderazgo.

En esta jornada de liderazgo en Arbizu, los participantes descubrieron que, al comprender y gestionar sus emociones, podían liderar de una manera más efectiva y conectarse más profundamente con aquellos a quienes lideraban. Un recordatorio de que, en el mundo del liderazgo participativo, la inteligencia emocional es la llave que abre la puerta hacia el éxito y la armonía.

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