Hans Selye define el estrés como «la acomodación de una persona a situaciones nuevas y la respuesta inespecífica y estereotipada a todos los estímulos que trastornan su equilibrio».
De forma más resumida, Selye dice que estrés es “la respuesta inespecífica del organismo ante cualquier exigencia, sea provocada por condiciones agradables o desagradables”.
Es inespecífica porque ocurre de forma similar ante estímulos muy diversos: infecciones, temperaturas extremas, ruidos, deportes, cambios sociales, exigencias no esperadas.
Estrés, por tanto, significa esfuerzo de adaptación.
Adaptabilidad es la habilidad para evaluar las situaciones con precisión y así responder con soluciones efectivas a las dificultades y problemas que se nos presenten.
En todo esfuerzo de adaptación, el organismo se activa para poder afrontar la situación, ya sea luchando, huyendo o negando, produciéndose unos cambios fisiológicos característicos: aumento de la frecuencia del corazón, aumento de la presión arterial, aumento del consumo de glucosa, aumento de la respiración, etc.
Gran parte del estrés negativo actual es de tipo psicosocial.
Cuando se habla de estrés, normalmente nos referimos al estrés negativo, aunque muy pocas personas conocen que también podemos crear estrés positivo e infraestrés.
El estrés perjudicial, estrés negativo, también llamado distrés, es la activación del organismo orientada a tratar de adaptarse a una situación interpretada como amenaza y que no va seguida de desactivación y percepción de logro.
Estrés adecuado, estrés positivo, también llamado eustrés, es la activación del organismo orientada a adaptarse a una situación, interpretado como desafío, y que va seguida de percepción de logro y de desactivación.
El infra estrés es estar por debajo del estrés necesario para la vida. El sedentarismo ayuda a entender bien qué es el infraestrés.
Gran parte del estrés que vivimos no somos muy conscientes, no nos damos cuenta de él, a pesar de tener indicadores maravillosos (a los que no les hacemos mucho caso) que son los síntomas.
Para tener una pequeña pincelada de las múltiples formas de poder darnos cuenta del estrés a través de los síntomas, en estas líneas se hace referencia a los síntomas que podemos percibir a través de la comunicación verbal.
Cuando estemos viviendo estrés negativo, la comunicación verbal que realizamos es muy curiosa y característica. Tenemos muchas maneras de identificarlo en los demás y en nosotros mismos para poder cambiar esa amenaza percibida, característica del estrés negativo y así poder activar estrés positivo.
Algunas formas habituales de comunicarnos verbales características de funcionar con estrés negativo son: chismorreos, rumores, murmuraciones, crítica constante, reproches, quejas, excusas, insultar, negar, hablar solo de lo que no funciona, culpabilizaciones, mentiras, medias verdades, dogmatismos, tergiversar, omitir, engañar, ocultar información, exageración, provocar, oponerse por oponerse, cuestionar por cuestionar, empequeñecer, …
Comunicación con personas difíciles es el 3º taller de Comunicación interna impartido desde Liderazgo Participativo y financiado por el Gobierno de Navarra a través de su programa de sensibilización en Economía social.
Comentarios