Por Jesús Maria Elizalde
Esta pandemia está poniendo de manifiesto más que nunca la importancia que tiene el trabajo en Equipo. Más en este momento en el que los demás son una amenaza, nos podemos contagiar. Y nosotros podemos ser una amenaza, podemos contagiar a los demás.
Así que está iniciándose también un virus, el virus de la individualidad. Y ya nos basta con el covid 19. ¡Esta pandemia también podemos pararla!
A partir de que termine todo esto vamos a estar físicamente más separados en los trabajos y en la vida social y familiar. Por eso estas líneas vienen a potenciar el trabajo en Equipo, quieren volver a conectar con el sentido de estar vinculados con los demás.
Hay quien piensa que por el hecho de estar más de una persona juntas, trabajando en una empresa, eso es trabajar en Equipo. El mero hecho de hacer algo juntos, de forma combinatoria con otros, a eso, rápidamente se le llama trabajar en Equipo. Y no es así. Trabajar en Equipo es algo más que estar juntos con un objetivo común. Y esta pandemia está poniendo de manifiesto, más que nunca, cuál es la razón más fundamental de trabajar en Equipo.
La razón fundamental de trabajar en Equipo, en su esencia, no es ni más ni menos que ser conscientes de una realidad inquebrantable: ¡los seres humanos no somos completos! ¡No podemos con todo! ¡Solos no podemos! Un solo virus está poniendo en jaque a casi toda la humanidad. Un virus que ni siquiera es un ser vivo. La humildad, como valor, emerge incuestionablemente.
“Solos podemos con muy poco”. “Solos somos infinitamente menos creativos”. Y por eso es más importante que nunca conectarnos con las demás personas y tener un sentido de que “al funcionar en Equipo somos más fuertes”. Necesitamos volver a pensar en el propósito más importante de trabajar en Equipo que no es otro que “APOYARNOS” entre nosotros.
En este estado de alarma los valores centrales del trabajo en Equipo se imponen: compromiso, cooperación (especialmente en el contexto de la economía social) y especialmente el acrónimo de ARAR:
- Aceptar la situación y a los demás tal como son.
- Responsabilizarme de mis acciones y de las de los demás (especialmente en estos momentos de incertidumbre), es decir, responder con lo que tenemos y con lo que crearemos ante la nueva situación empresarial donde es posible que cometamos errores.
- Asentir a esta situación que va a provocar cambios importantes en las interacciones y en las relaciones.
- Respetar a los demás y solicitar el respeto para mí.
Espero que estas palabras nos hagan mirar a las personas del Equipo que formamos y nos ayuden a apreciar que “junto con ellos, SOMOS más fuertes”. Que hagamos aflorar esta realidad y en lo más profundo sintamos agradecimiento por ello. Y ojalá, además, demos las gracias a cada persona que es parte de nuestro sistema por hacer Equipo.
Así que: “GRACIAS” por leer estas líneas.
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