Por Sergio de Miguel Taroncher
Para tener relaciones saludables lo primero de todo es que nos encontremos bien con nosotros mismos. Estando bien podemos entregarnos a los demás. Dicho de otra manera, para dar hay que tener. Debemos llenarnos internamente de energía para poder transmitir buena energía.
Según los estudios del INE más del 60% de los trabajadores sufre de estrés, así que el problema es bastante generalizado.
Para trabajar el equilibrio personal me baso en los pasos descritos en el libro El Equilibrista. Empezando por la base con 3 principios básicos del buen equilibrista:
- Aceptación: Es una de las bases del liderazgo. Aceptar la realidad como es. En este caso concreto aceptar que el equilibrio no es perfecto y tendrás momentos difíciles
- Tener una buena red. Puesto que te vas a caer pon una buena red para esos momentos
- Levantarse cada vez. La resiliencia significa que aprendes de cada error y que te levantas una y otra vez.
A partir de aquí ya puedes empezar a caminar. Como siempre, en todo viaje, debes situar dos puntos:
- Dónde estás: Cuál es tu equilibrio actual, cómo te encuentras. En qué áreas te sientes bien, fuerte, y en cuáles no tanto
- Dónde quieres llegar: Tu definición de equilibrio, sino ideal sí mejor que el actual. Se trata de avanzar más que de dibujar una quimera inalcanzable
En cualquier caso, el equilibrio es inherente a nuestra naturaleza. Siempre estamos en equilibrio, otra cosa es que el actual no te guste y quieras cambiarlo. Cuando tomas consciencia ya has dado el primer paso.
En el taller nos centramos en ver dónde estaba cada uno, hacia dónde quería ir y dar unos primeros pasos teniendo en cuenta que es un trabajo individual, donde cada uno avanza a un ritmo distinto. Y donde cada persona tiene retos diferentes.
Eso sí, avanzar en compañía ayuda a que podamos aprovecharnos de las fortalezas, conocimiento y experiencia de todos los demás.
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