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Cuando la suma multiplica

Por Jaume Gurt

En el mundo empresarial es muy habitual hablar sobre sinergias, y siempre se asocia a una mejora para la organización, pero ¿entendemos realmente que es crear sinergias y como hacerlo? Mi experiencia en las diversas fusiones que he vivió me indica que no siempre es tan evidente, así como tampoco lo es en cuanto a la relación que los distintos departamentos tienen entre sí en muchas organizaciones.

La palabra sinergia proviene de dos raíces: Tarea coordinada, y cooperación. Si miramos la RAE nos dice que sinergia es la acción de dos o más causas cuyo efecto es superior a la suma de los efectos individuales (por ejemplo, H2O), o el concurso activo de varios órganos para realizar una función.

Lo que subyace en todo ello es un bien mayor entregado por el trabajo conjunto de varias partes, donde lo que importa no son la partes en sí, sino el resultado de su interacción (acabamos de describir el modo óptimo de funcionamiento de un equipo o una empresa). Dicho de otro modo, aparcar los egos de las personas o las áreas funcionales para que emerja algo nuevo incapaz de producirse por una sola de las partes.

Para crear sinergias se requieren de dos elementos fundacionales:

1.- La voluntad de crear la sinergia. Tenemos que ser capaces de visualizar lo nuevo y diferencial que somos capaces de crear conjuntamente, para despertar desde ahí el interés y la voluntad de las partes para que nazca la sinergia. Ponernos de acuerdo que ambos nos necesitamos mutuamente para lograr el objetivo o propósito, y que ninguna de las partes es más importante que otras. Sin la voluntad, el camino será una lucha de egos para darnos importancia, y el fruto (que es lo que realmente importa) pasara a un segundo plano. Verifica siempre la voluntad de las partes y su igualdad, antes de empezar a crear sinergias.

2.- Tener un objetivo común será el motivo ultimo de crear la sinergia, bien porque solos no podemos alcanzarlo, o bien porque deseamos crear algo único que sin la existencia de mis compañeros de sinergia no podría ser. Debemos tener claro el fruto que persigue la sinergia, para que todos los compartan y se comprometan con él, es el elemento conector que crea la magia de la unión. Es importante contar con detalle este objetivo o propósito común para que todos pueden entenderlo y comprender el camino que estamos iniciando. A lo largo de esta aventura será importante mantenerlo presente e ir recordándolo (muchas veces con al sumergirnos en las tareas se olvidan los destinos) para no olvidarlo y mantener el espíritu inicial sin corromperlo, en las distintas fases es normal que la exaltación de los egos pueda desequilibrar la sinergia). De forma recurrente recuerda el propósito que nos ha unido, a la vez que rememoramos la igualdad de las partes.

Por debajo de estos elementos de partida, aparecen claramente tres aspectos que determinaran el éxito de la sinergia:

a.- La confianza es la base de toda unión, equipo y organización, así que crear facilitar y alimentar la confianza mutua será una de las labores a no olvidar. La confianza se alimenta con transparencia, cumplimiento, sinceridad, escucha, cercanía, interés real en los demás, … Todos los equipos de alto rendimiento están basados en una alta confianza. El lema “uno para todos y todos para uno” describe perfectamente de que estamos hablando. La confianza es el pegamento.

b- La comunicación equivale al sistema nervioso de nuestro organismo, reparte instrucciones, recibe alarmas, establece los mecanismos de acción, intercambia información, facilita que el organismo o el equipo pueden comportarse como una sola unidad frente a las situaciones exteriores, … Sin comunicación no podemos saber que les sucede o necesitan los demás. Sin comunicación la confianza y la unión se diluyen.

c.- La colaboración es el interés por los demás, más allá de lo mío. Cuantas organizaciones o equipos adolecen de “esto no me corresponde a mí”, y con esa actitud permiten que el equipo se caiga. En ese instante no se piensa en sinergias, sino en que se anteponen los intereses personales frente al bien mayor.  La colaboración está muy conectada a ser capaz de ver tu papel en el engranaje a la vez que nunca olvido la visión global (que somos al actuar con sinergia), y desde ahí cuidar al resto de las partes para que la totalidad siga en marcha. La colaboración parte de la abundancia de dar más allá de lo que me corresponde, a la vez que se alimenta de la confianza que en otros momentos será al revés.

Me gustaría terminar con una historia corta que sin duda te ilustrara sobre las sinergias y sus debilidades cuando no somos capaces de comprometernos:

Había cuatro individuos llamados Todo el Mundo, Alguien, Nadie, y Cualquiera.

Siempre que había un trabajo que hacer Todo el Mundo estaba seguro de que Alguien lo haría. Cualquiera podría haberlo hecho, pero Nadie lo hizo.

Cuando Nadie lo hizo, Alguien se puso nervioso porque Todo el Mundo tenía el deber de hacerlo.

Al final Todo el Mundo culpo a Alguien cuando Nadie lo hizo lo que Cualquier podría haber hecho.

 

¡Buena suerte en tu camino de crear sinergia!

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