Por Carmen Melina. Psicóloga Clínica. Executive Coach ( PCC por ICF)
Los tiempos que vivimos nos muestran cada día la importancia de la flexibilidad en la respuesta. Nuestros esquemas mentales se mueven en la búsqueda de la perfección y el miedo a equivocarnos, esto nos lleva a buscar “la respuesta”, el proyecto perfecto, pero hace tiempo que venimos diciendo que lo mejor es enemigo de lo ideal y mientras llega lo ideal hagamos algo.
Las metodologías Agile vienen a darnos un marco de respuesta rápida, basada el aprendizaje prueba-error y por tanto en la mejora continua
Los 12 principios del manifiesto ágil son los siguientes:
- Nuestra principal prioridad es satisfacer al cliente a través de la entrega temprana y continua de valor.
- Son bienvenidos los requisitos cambiantes, incluso si llegan tarde al desarrollo. Los procesos ágiles se doblegan al cambio como ventaja competitiva para el cliente.
- Entregar con frecuencia producto que funcione, en periodos de un par de semanas hasta un par de meses, con preferencia en los periodos breves.
- Las personas del negocio y los desarrolladores deben trabajar juntos de forma cotidiana a través del proyecto.
- Construcción de proyectos en torno a individuos motivados, dándoles la oportunidad y el respaldo que necesitan y procurándoles confianza para que realicen la tarea.
- La forma más eficiente y efectiva de comunicar información de ida y vuelta dentro de un equipo de desarrollo es mediante la conversación cara a cara.
- El entregable que funciona es la principal medida del progreso.
- Los procesos ágiles promueven el desarrollo sostenido. Los patrocinadores, desarrolladores y usuarios deben mantener un ritmo constante de forma indefinida.
- La atención continua a la excelencia técnica enaltece la agilidad.
- La simplicidad como arte de maximizar la cantidad de trabajo que se hace, es esencial.
- Las mejores arquitecturas, requisitos y diseños emergen de equipos que se autoorganizan.
- En intervalos regulares, el equipo reflexiona sobre la forma de ser más efectivo y ajusta su conducta en consecuencia.
Basándose en estos principios el “agilismo” nos provee de un parco de trabajo basado en herramientas y eventos que se organizan con el objetivo de entregar valor al cliente en un periodo de tiempo corto que nos permitan el siguiente ciclo: entregar, testar, aprender y mejorar.
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